Mediante el sistema de circunscripciones uninominales se divide un territorio en tantas porciones como bancas le correspondan, y cada espacio cuenta con una representación que los ciudadanos de ese distrito deben elegir. Este sistema es particularmente vulnerable al fraude denominado gerrymandering, mediante el cual se manipula intencionalmente la forma de las circunscripciones para favorecer a un partido determinado y minimizar su oposición.
En la Argentina, tal sistema se usó solamente dos veces: 1905 y 1951, para la elección de diputados. En ambas fue utilizado el gerrymandering para disminuir la oposición, aunque su primer uso permitió que Alfredo Palacios, primer diputado socialista del hemisferio sur, llegara a su cargo.